Certificar una imagen no es tarea fácil. Hoy en día existen gran cantidad de herramientas tecnológicas capaces de manipular y modificar imágenes y fotografías y que consiguen que parezcan totalmente reales. Actualmente las imágenes son una de las principales pruebas presentadas en los juicios. Si se va a presentar una prueba de este tipo ante el juez, hay que certificar la imagen antes.
Si queremos poner una denuncia con imágenes o fotos como pruebas, no sirven capturas de pantalla o simples imágenes. Éstas pueden estar manipuladas y el juez puede decretar impugnación por falta de valor probatorio.
A la hora de presentar imágenes o fotografías como pruebas, el Tribunal Supremo considera indispensable prueba pericial, que identifique el origen real de la foto y la integridad del contenido. Por lo que se deberá acudir a un perito informático. Éste elaborará un informe mostrando la veracidad de la fotografía o imagen.
La prueba pericial consiste en certificar una imagen o fotografía como prueba válida para reforzar la estrategia procesal y para ello se deben seguir estos pasos:
- Técnica de análisis por Metadatos: Se trata de analizar la información del archivo digital (dispositivo que capturó la imagen, fecha…). Incluso se puede acceder a la vista de la imagen original antes de ser manipulada.
- Clave Hash: Mediante la creación de la “clave hash” se asegura la integridad de la información y que no se modifica el contenido del documento. Un hash es un algoritmo con una salida alfanumérica única para cada imagen (no existe otra igual en el mundo). Esta clave sirve para certificar que el documento es único y es el mismo aunque le cambies el nombre.
- Protección de la cadena de custodia: Tomando una fotografía en presencia de fedatario público haciéndolo constar en acta.
